El tomate es una de las mejores fuentes de licopeno, sustancia que actúa como protector solar, por lo que es anti-cancerígeno. El consumo regular de tomates, protege el colágeno de la piel, manteniéndola tersa y firme.
Los tomates cocidos (así como la salsa de tomate o pasta de tomate) no sólo aumenta el contenido de licopeno, sino también aumenta la actividad antioxidante total.
El tomate es un cultivo muy sensible a insectos y enfermedades, por lo que son fumigados constantemente, y en ocasiones la cosecha es después de la fumigación, de ahí ese sabor que muchas veces tienen los tomates de supermercado.
Los tomate de cultivos masivos, son menos jugosos y menos sabrosos que los orgánicos.
Su tamaño es mayor pero tiene menor consistencia que el tomate orgánico.
La cantidad de licopeno del tomate orgánico es mucho mayor que el del tomate convencional.
Por todas estas razones es importantísimo consumir tomates orgánicos, plantados con semillas orgánicas conservadas por nuestros productores como herencia.